Los problemas que hoy adolecen a nuestras ciudades no difieren mucho de los que existían hace 15, 10 o tan solo 5 años atrás. Nuestra realidad consiste en la irreversibilidad de la situación urbana que se vio evolucionar hacia la supervivencia de las sociedades, hoy en día, claramente de consumo*.
Mas allá de constatar malas planificaciones de desarrollo urbano o políticas de planificación, debido a su poca relación con la proyección de sus ciudades en el futuro o simplemente porque no atacaron a tiempo y correctamente las diferentes problemáticas, las ciudades van evolucionando acorde pasa el tiempo y pasan por diferentes etapas: planificación, creación, crecimiento, modernización, fragmentación, restauración, renovación, etc., cada una de las cuales debe ser acuciosamente realizada, para evitar luego una repercusión en nuestra sociedad.
El crecimiento urbano, hablando en superficie de territorio, ha aumentado considerablemente debido a la migración de habitantes rurales hacia las zonas urbanas, quienes en busca de una mejor calidad de vida se encuentran con condiciones urbanas que ya cada vez menos favorecen en la calidad de vida, pero adoptan la residencia urbana al tener la infraestructura y beneficios que la caracteriza.
El Estado reconoce estas dolencias, pero carece de las herramientas correctas para hacerlo; no se trata de dejar invalido el sistema existente, sino de cómo la reglamentación, participación y ejecución de los proyectos nuevos requieren por su condición, nuevos parámetros, limitaciones, permisiones, etc.
El sector privado, que también participa en la formación y ocupación de las ciudades, pero se ve limitado por la planificación estatal. La iniciativa y el mercado esta gestado por las empresas. La oferta a la gran demanda de nuestras sociedades de consumo se ve cada vez más esclavizante, en desmedido crecimiento y en ascendente deficiencia.
La población [habitantes de la ciudad] busca infraestructura: condiciones de habitabilidad, buscan soluciones de vida. Es así como se busca mayor superficie para albergar esta nueva demanda de usos de suelo, pero la oferta territorial es inelástica, por lo que las ciudades se van densificando o, en otros pocos casos, renovando y/o restaurando. La mayoría de las herramientas y políticas de planificación y desarrollo nacional optan por una mayor densidad en pro de la oferta inelástica, y por consecuente aumenta la demanda y la sobre-ocupación de las infraestructuras proyectadas bajo otras características pasadas, ya sea vialidad, comercial, equipamiento, etc., lo que ocasiona un colapso en el sistema urbano, porque los servicios no dan abasto y no funcionan correctamente, repercutiendo en la calidad de vida. En las condiciones de habitabilidad, de cómo ocupar y reconocer la ciudad.
La tecnología es una variable que aparece después. La conectividad, movilidad, versatilidad o la identidad son nuevos temas que agregar en la lista de cosas por hacer, es decir, estos son las nuevas directrices que propone el sistema. ¿Cómo esta identidad virtual influye en la real? , en como nosotros como seres humanos percibimos esa evolución y cambio propio de una ciudad en pleno crecimiento y desarrollo. ¿Cuales serán las nuevas formas de utilizar y recorrer la ciudad?.
La lectura de las ciudades es un tema que compromete las políticas de desarrollo urbano, este crecimiento y evolución descontrolada obliga a ser efectista, mientras que la mejor solución debería ser la mas estudiada, la mejor solución tiende a ser la que “se puede” ejecutar.
La relación entre la identidad y habitabilidad de la ciudad, tiende a ser redundante, pero la identidad condiciona la habitabilidad y el modo en como se lee la ciudad incide en como la ocupan sus habitantes.
Este es el tema de debate: [Virtualidad vs. Localidad]
Como el planeamiento urbano influye en la perdida de identidad y continuidad de las ciudades latinoamericanas de nuestro mundo globalizado.
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